lunes, 31 de agosto de 2009

PREPARANDO EL TERRENO


La institución educativa Niño Jesús de praga ubicada en el bajo Calima (Buenaventura), se procupa porque la educación que imparta sea consecuente con el contexto sociocultural en el que se encuentra ubicado. en la foto observa un grupo de docentes, estudiantes y miembros de la comunidad preparando el terreno para la continuidad de sus prácticas agrícolas.

LO ETNICO: UN ASUNTO SERIO- Por Armando Arboleda


No hay ningún derecho para que nuestros niños y niñas crezcan desconociendo sus raíces. Esto es lo que se han planteado las profesoras de Preescolar en la Institución Educativa Teofilo Roberto Potes de Buenaventura. Por ello, las docentes Fátima Cortes, Hilda Velasco y Magdalena Olarte, han venido presentando una propuesta de enseñanza sobre la cultura propia que involucra a padres de familia, directivos y estudiantes que no pasan los cinco años para que juntos aprendan sobre la cultura propia.

Las citadas profesoras, no necesitan de la existencia en el currículo de una asignatura que muchos han denominado Cátedra de Estudios Afrocolombianos. Ellas, de acuerdo con su programación anual escogen una fecha, como la del 7 de febrero de cada año y hacen una exposición que incluye: platos típicos y material didáctico que construyen con los niños y padres del preescolar. Este evento, sirve de pretexto para que los niños expongan en público los contenidos de los ya citados platos y reconozcan la importancia de los mismos en la dieta alimenticia de la Comunidad Negra.
Da gusto y llena de esperanzas el observar como estos niños se apropian del conocimiento ancestral que reposa en las recetas culinarias que muchas veces reposan en los archivos de la memoria de las abuelas y en el mundo taciturno de los abuelos. Nos enseñan así que lo étnico es un asunto serio. Que no se trata de las ocurrencias de algunos orates que no tienen que más hacer. Por el contrario, no trabajar con los niños en el propósito de sembrar una semilla para generar identidad y reconocimiento como grupo étnico, considero que es algo poco serio y que nos lleva a contemplar el carnaval de la desesperanza y el monstruo social que estamos engendrando donde pocos se reconocen como negros, prolongando así los procesos esclavistas que se suponían superados en la historia.


Por último, las imágenes hablan por sí solas. Hay alegría en los rostros de cada uno de los niños y niñas, disfrutan el esfuerzo que hacen sus maestras por mostrar que existen tras formas de educar. ¿Por qué al pasar al bachillerato o a la universidad ésto se olvida?
¡Roguemos por que las maestras, sigan así!

Buenaventura 8 de febrero de 2009